-¿8 mil pesos una parca?! ¿3 mil pesos una
camisa?!
-Y… fíjate de donde son
-Ginebra.. esa no es la hija de Tinelli…
¿Quién se cree que es?
No no, la pregunta debería ser ¿Quién quiere
ser? Y ¿A quién quiere apuntar? Mi amiga en vez de haberse quejado de la parca
y de Micaela Tinelli con su marca Ginebra quizá tendría que haber reflexionado
¿Será que Micaela no quiere que yo
use su ropa? Entonces ¿quién debería ser digno
de ponérsela? “Quién logre sacar la espada de la piedra será proclamo Rey” en
este caso, quién tenga el sueldo suficiente para comprarse la parca de Ginebra,
vivir, comer, pagar la luz, el gas etc. Será proclamada reina de la moda, y de
Argentina!
En cuánto a quién quiere ser Micaela con su
marca me refiero a qué tipo de segmento está destinada Ginebra, siguiendo a
Toby Meadows con “Crear y gestionar una marca de moda” tenemos tres tipos de
segmentos: La Alta costura (Haute couture), el Prét-a-porter y La moda de
masas. Lejos del último y el primer caso, lo de Ginebra es un tema de
posicionamiento, todavía se están insertando en el mercado y tienen muy en
claro que sus prendas no pueden ni van a apuntar al público en general, si no a
un sector específico, y eso es lo que haga el precio, no solo porque son piezas
que no se producen en masa como en Zara o H&M y las características de los
materiales (pailletes, sedas, gemas, etc.) si no también porque quiere que sus
prendas sean casi admiradas como una La Alta costura, como prendas únicas,
irrepetibles, y especiales, que te den un status en la sociedad, y todo eso se
logra subiéndole un poco los precios, en este caso el valor agregado sería “no
solo me visto bien si no también tengo mucha plata”, quizá la parca no
necesariamente cuesta 8 mil pesos para recuperar lo invertido en materia prima,
mano de obra, costos generales y que Micaela se compre el último iPhone, pero
el hecho que sea tan cara hace que solo pocos puedan acceder a ella y le suma
el valor agregado deseado.
Ginebra no es la única marca que lo hace,
Jackie Smith se caracteriza por vender carteras a precios sumamente elevado,
claro en Argentina es imposible conseguir una Chanel, por eso algunas marcas
locales tratan de ocupar el segmento más alto de la sociedad, como ser
Rapsodia, sí se caracteriza por tener unas texturas preciosas en sus materiales
que le dan la idea de una pieza única, exclusiva, pero también se sabe que son
prendas a veces exageradamente caras, inaccesibles, lo que le da un status, una
diferencia, y lo hicieron más claro sumándole cintitas de colores diferentes en
cada temporada, de ese modo las compradoras las ponen en las llaves, el
pendrive, la agenda, lugares visibles para que cuando los demás los vean sepan
que las obtuvieron de una compra en Rapsodia, que esa chica pertenece a esa
sociedad, a demás de entender de moda y tendencias.
Detrás de la etiqueta no encontramos sólo
cómo lavar la prenda, si no un montón de significantes que le ponen dichos
precios, como ser la función que cumplirá esta prenda dentro del mercado,
tienen que hacer que el publico se sienta cómodo llevándolas, y no hablo solo
de comodidad física si no psicológica, tiene que haber un factor que les haga
sentir seguros de haber comprado esa prenda, como ser el hecho que esté a la
moda, en Argentina hace dos temporadas se usaba a lo loco las birkestone, zapatos que eran bastante
incómodos para algunos pero cuando veías a todo el mundo tropezarse en la calle
sonreías pensando “se usa, estamos todos a la moda” y seguías caminando a los
tropezones.
Pero qué ocurre con las marcas que no obtan
por un segmento tan exclusivo, los que en teoría apuntan a la moda de masas,
que no tienen una tienda boutique ni diseños exclusivos, que se sabe que la ropa se produce de
modo industrial y sin embargo tienen precios altísimos. ¿Podemos culpar la
inflación? Ellos dirán que se debe al coste de la producción y la calidad de
sus productos pero ¿no estarán exagerando un poco? Todo depende del mercado al
que quieren apuntar, ya pareciera que la moda (la buena) se está volviendo algo
difícil de adquirir y algunos se van a terminar quedando afuera, ¿o no?
“La
gente encuentra la forma de pagar por un producto que le encanta” dicen Kat y
Oz Aalam, de la Boutique londinense Damsel, y no podría estar más de acuerdo,
pero no es la idea completa de las marcas (o los directivos de las marcas)
porque el tema no está en que nos embarguemos para poder comprar una Louis
Vuitton, si no en que si realmente no podemos adquirarla y seguir manteniendo
el mismo estado de vida no lo hagamos, y sigamos manteniendo el deseo, mirando
desde abajo a los que sí pueden, a través de la publicidad en los medios de
comunicación que son quienes ayudan a darle dicho posicionamiento a las marcas,
esto es un poco lo que sucedió con la revista de La Nación del fin de semana
pasado, y la idea que tuvo Micaela Tinelli (Ginebra) al poner ese valor a la
parca, que mi amiga se mantenga deseando deseándola pero que nunca pueda
adquirirla.
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