viernes, 27 de junio de 2014

¿Valor agregado o Valor exagerado?

-¿8 mil pesos una parca?! ¿3 mil pesos una camisa?!
-Y… fíjate de donde son
-Ginebra.. esa no es la hija de Tinelli… ¿Quién se cree que es?

No no, la pregunta debería ser ¿Quién quiere ser? Y ¿A quién quiere apuntar? Mi amiga en vez de haberse quejado de la parca y de Micaela Tinelli con su marca Ginebra quizá tendría que haber reflexionado ¿Será que Micaela no quiere que yo use su ropa? Entonces ¿quién debería ser digno de ponérsela? “Quién logre sacar la espada de la piedra será proclamo Rey” en este caso, quién tenga el sueldo suficiente para comprarse la parca de Ginebra, vivir, comer, pagar la luz, el gas etc. Será proclamada reina de la moda, y de Argentina!

En cuánto a quién quiere ser Micaela con su marca me refiero a qué tipo de segmento está destinada Ginebra, siguiendo a Toby Meadows con “Crear y gestionar una marca de moda” tenemos tres tipos de segmentos: La Alta costura (Haute couture), el Prét-a-porter y La moda de masas. Lejos del último y el primer caso, lo de Ginebra es un tema de posicionamiento, todavía se están insertando en el mercado y tienen muy en claro que sus prendas no pueden ni van a apuntar al público en general, si no a un sector específico, y eso es lo que haga el precio, no solo porque son piezas que no se producen en masa como en Zara o H&M y las características de los materiales (pailletes, sedas, gemas, etc.) si no también porque quiere que sus prendas sean casi admiradas como una La Alta costura, como prendas únicas, irrepetibles, y especiales, que te den un status en la sociedad, y todo eso se logra subiéndole un poco los precios, en este caso el valor agregado sería “no solo me visto bien si no también tengo mucha plata”, quizá la parca no necesariamente cuesta 8 mil pesos para recuperar lo invertido en materia prima, mano de obra, costos generales y que Micaela se compre el último iPhone, pero el hecho que sea tan cara hace que solo pocos puedan acceder a ella y le suma el valor agregado deseado.



Ginebra no es la única marca que lo hace, Jackie Smith se caracteriza por vender carteras a precios sumamente elevado, claro en Argentina es imposible conseguir una Chanel, por eso algunas marcas locales tratan de ocupar el segmento más alto de la sociedad, como ser Rapsodia, sí se caracteriza por tener unas texturas preciosas en sus materiales que le dan la idea de una pieza única, exclusiva, pero también se sabe que son prendas a veces exageradamente caras, inaccesibles, lo que le da un status, una diferencia, y lo hicieron más claro sumándole cintitas de colores diferentes en cada temporada, de ese modo las compradoras las ponen en las llaves, el pendrive, la agenda, lugares visibles para que cuando los demás los vean sepan que las obtuvieron de una compra en Rapsodia, que esa chica pertenece a esa sociedad, a demás de entender de moda y tendencias.

Detrás de la etiqueta no encontramos sólo cómo lavar la prenda, si no un montón de significantes que le ponen dichos precios, como ser la función que cumplirá esta prenda dentro del mercado, tienen que hacer que el publico se sienta cómodo llevándolas, y no hablo solo de comodidad física si no psicológica, tiene que haber un factor que les haga sentir seguros de haber comprado esa prenda, como ser el hecho que esté a la moda, en Argentina hace dos temporadas se usaba a lo loco las birkestone, zapatos que eran bastante incómodos para algunos pero cuando veías a todo el mundo tropezarse en la calle sonreías pensando “se usa, estamos todos a la moda” y seguías caminando a los tropezones.

Pero qué ocurre con las marcas que no obtan por un segmento tan exclusivo, los que en teoría apuntan a la moda de masas, que no tienen una tienda boutique ni diseños exclusivos, que se sabe que la ropa se produce de modo industrial y sin embargo tienen precios altísimos. ¿Podemos culpar la inflación? Ellos dirán que se debe al coste de la producción y la calidad de sus productos pero ¿no estarán exagerando un poco? Todo depende del mercado al que quieren apuntar, ya pareciera que la moda (la buena) se está volviendo algo difícil de adquirir y algunos se van a terminar quedando afuera, ¿o no?

 “La gente encuentra la forma de pagar por un producto que le encanta” dicen Kat y Oz Aalam, de la Boutique londinense Damsel, y no podría estar más de acuerdo, pero no es la idea completa de las marcas (o los directivos de las marcas) porque el tema no está en que nos embarguemos para poder comprar una Louis Vuitton, si no en que si realmente no podemos adquirarla y seguir manteniendo el mismo estado de vida no lo hagamos, y sigamos manteniendo el deseo, mirando desde abajo a los que sí pueden, a través de la publicidad en los medios de comunicación que son quienes ayudan a darle dicho posicionamiento a las marcas, esto es un poco lo que sucedió con la revista de La Nación del fin de semana pasado, y la idea que tuvo Micaela Tinelli (Ginebra) al poner ese valor a la parca, que mi amiga se mantenga deseando deseándola pero que nunca pueda adquirirla.


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